Desde que la OMS declaró el pasado marzo el coronavirus en pandemia mundial los compromisos de las geishas cambiaron drásticamente.
Se mueven a pasos cortos y con delicadeza, cuando hablan su voz es una caricia al silencio y su compañÃa además de un espectáculo digno de admirar, es considerado un amuleto de buena suerte. Son las geishas, sÃmbolo ancestral de Japón. Geisha significa persona “gei” que domina las artes “sha”. Estas artistas también sufren frente al coronavirus y como todo arte, naturalmente han trascendido con su profesión hacia nuevos lÃmites durante la pandemia.
Desde que la OMS declaró el pasado marzo el coronavirus como pandemia mundial los compromisos de las geishas disminuyeron un 95%. En las pocas citas que les quedan se adaptaron a las nuevas normas sanitarias. Entre ellas no deben servirles bebidas a los clientes, mantener el contacto fÃsico restringido y sentarse manteniendo 2 metros de distancia. Ante esta necesidad de mantener el trabajo de las geishas a flote la compañÃa de las geishas en Kyoto y la ciudad de Kahone, lanzaron la plataforma online llamada “Meet Geisha” tras una gala virtual que tuvo el mismo nombre. De esta manera clientes asiduos a las geishas y hombres de negocio pueden solicitar sus servicios.
Las geishas han ido desapareciendo de Tokio, ya que cada vez menos mujeres deciden pasar por el rigor que exige esta actividad. Su preparación suele comenzar desde muy temprano por lo que la vida de una geisha suele considerarse una vida llena de sacrificios en nombre al arte.
Entre los talentos de estas enigmáticas artistas japonesas se encuentra, el recitar poesÃa, entretener a los hombres con buenas pláticas desde polÃtica hasta temas referentes a las diversas industrias donde trabajen sus clientes. Asà una geisha debe cultivar su intelecto además de formarse en el canto, la danza y el teatro desde muy jóvenes. Su entrenamiento suele comenzar a los 15 años de edad, cuando son llamadas Maikos, el tÃtulo anterior a convertirse en Geishas.
Geisha de Tokio preparada para su conferencia a través de la plataforna “Meet Geisha”
El coronavirus apaga las luces de las casas de té en Japón
Los escenarios de las geishas han sido trasladados a una pantalla, desde donde aún continúan llevando su arte y encanto desde Kioto a cualquier parte del mundo. Las geishas ahora son preparadas en su Okiya, lugar de alojamiento o casa de las maikos o geishas; no sólo para sus reuniones sociales, también para sus videoconferencias vÃa zoom. Actualmente la profesión de las geishas se encuentra en decadencia frente el coronavirus, no sólo Kioto, la capital representativa de las geishas ha disminuido sus citas, también en diferentes distritos de Japón las reuniones de las casas de té se han diluido en el viento y el distanciamiento social.
En la fotografÃa una geisha se prepara bajo las normas de bioseguridad r
equeridas junto a su equipo de profesionales en su Okiya.
El evento “Meet Geisha” fue una iniciativa online para hacer resurgir la imagen de las geishas tras la sombra del coronavirus hacia donde fueron arrastradas a principios del confinamiento. No obstante la asociación cultural Hakone Yumoto Geino puso en práctica las reuniones online con la finalidad de prolongar el acompañamiento de las geishas, aportando alegrÃa y entretenimiento a sus clientes. Los vuelos también fueron restringidos a Tokio, por lo que esta opción es beneficiosa para aquellos clientes que se encuentran en cuarentena fuera de Japón, personas de mayor riesgo y hombres de la tercera edad.
En la fotografÃa se encuentra la geisha Yumiko San
interpretando una pieza del violÃn japonés en una conferencia via zoom
Las geishas son sÃmbolo de la cultura ancestral japonesa y desde tiempos muy remotos la ley japonesa las protege. Su profesión sobrevivió a la primera y segunda guerra mundial. Una vez más surge la fortaleza de estas cautivadoras artistas al enfrentar la pandemia del coronavirus. Encontrarse con una geisha en la calle no es fácil. No porque se escondan y el enigma rodee a estas mujeres que suelen aparecer durante la noche; sino por el prolongado y exigente ritual que deben realizar en peinado, maquillaje y traje antes de asistir a sus compromisos pasando gran tiempo de su dÃa preparándose o descansando.
Tras el coronavirus inundando las calles de Japón ver a una geisha actualmente en la calle es tan difÃcil como presenciar la lluvia de Perseidas anual. Su oficio es considerado el más elegante, tradicional, inofensivo e incluso costoso. Asimismo tras el tinte de erotismo que impregna a las geishas, estas acompañantes femeninas incluso ahora a través de una pantalla; continúan dejando con el rastro de su compañÃa un aroma a fruta prohibida.
Tras el coronavirus inundando las calles de Japón ver a una geisha actualmente en la calle es tan difÃcil como presenciar la lluvia de Perseidas anual. Su oficio es considerado el más elegante, tradicional, inofensivo e incluso costoso. Asimismo tras el tinte de erotismo que impregna a las geishas, estas acompañantes femeninas incluso ahora a través de una pantalla; continúan dejando con el rastro de su compañÃa un aroma a fruta prohibida.
Por MÃa Contreras