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Rostros de mi Pueblo en tiempos de cuarentena - Mujeres merideñas ejemplo de lucha y perseverancia

*** La cuarentena social, colectiva y voluntaria por la pandemia del coronavirus produjo un acercamiento familiar que amplió los vínculos que ya estaban instituidos ***












La familia sigue cumpliendo, a pesar de las crisis del Covid-19, una compleja y minuciosa labor de formar a sus miembros para vivir en sociedad, transformar su entorno y construir un mundo mejor.

La comunidad de Los Curos, en la parroquia Osuna Rodríguez, municipio Libertador del estado Mérida, es un referente de la lucha, constancia, dedicación y amor familiar. Para muestra un botón y que mejor manera de hacerlo, que reseñando a una mujer ejemplar, luchadora, templo de sabiduría popular y con gran carisma, que ha persistido al pasar de los años sin desmoronarse, permaneciendo firme ante las adversidades que ha presentado la vida.

Recordar es vivir

La protagonista es una mujer de nuestras tierras andinas, se llama Alix Teresa Angulo (viuda) de Suescun, de 84 años de edad, hija de Ernestina Huiza y Simón Angulo. Nació el 11 de abril de 1936 en la Aldea El Castillo, municipio Antonio Pinto Salinas (Santa Cruz de Mora) del estado Mérida.  .

Su piel marcada por los años cuenta más historias que cualquier libro, sus ojos oscuros muestran más sentimiento que cualquier retrato. En su rostro siempre se refleja una sonrisa mágica cada vez que ve a alguien que aprecia de corazón.

Doña “Tere” como le dicen de cariño, señala que creció en una familia modesta que se dedicaba a las típicas labores del campo en la finca familiar, combinaban el ganado y la labranza propios de la zona con la siembra del famoso cambur “bocadillo”, yuca y café.


Municipio Antonio Pinto Salinas (Santa Cruz de Mora)

“Eran tiempos especiales, tenía una familia llena de valores, quienes me inculcaron las buenas costumbres, responsabilidad y compromiso con los demás”, dijo.

Recordó que en aquellos años con sus cuatro hermanos, se divertían en el patio de la finca, jugando y cantado. “como olvidar las tardes de enseñanza para aprender el arte y oficio de tejer y bordar”, acotó.

Angulo Huiza resaltó que vivían en medio de dos quebradas “El bocadillo y Castillo”, por donde estaba el camino real que conducía a Mesa Bolívar. “En esa época era atípico presenciar una fiesta, sólo ocurría cuando habían bautizos y matrimonios, no podían faltar los días sagrados de asistir a misa.

Amor y travesía

En 1957 contrajo matrimonio con Demetrio Antonio Suescun (†) con quien compartió 56 años de relación, forjando un largo recorrido de sacrificios, alegría, adversidades y oportunidades, formando una familia ejemplar con 10 hijos laboriosos y perseverantes.

“Iniciamos en familia un larga travesía desde Santa Cruz de Mora, El Vigía, El Kilómetro 9, Campo de Oro, Gonzalo Picón y La Pedregosa, hasta llegar finalmente en el año 1974 a la Urbanización Los Curos”, expresó.

Lazos familiares en cuarentena

La historia de Teresa es parecida a la de muchas mujeres que en la región andina han sacado adelante a sus hijos y ahora a sus nietos. Reconoce que la vida no ha sido fácil, pero que eso no le ha impedido ser feliz.

“Desde el hogar debemos seguir brindando amor, esfuerzo, entrega incondicional y protección, ser ejemplo palpable de la constancia por el respeto y la igualdad”, apuntó.

Enfatizó que en estos tiempos de cuarentena, en donde debemos estar en casa cumpliendo con el distanciamiento social, los lazos familiares deben afianzarse en lo espiritual, no debe ser lo material porque eso es transitorio.

“Hoy más que nunca debemos aprovechar esta oportunidad para compartir, reflexionar, perdonar y sobre todo amar”, consideró.

En medio de algarabía y admiración, sus hijos y nietos agradecen a Dios por la sabiduría y fortaleza a esa edad, quedan atónitos cuando ella se dispone a colaborar con el tostado y molido de café en un pequeño emprendimiento que tiene la familia.

Responsabilidad de todos

Mientas alistaba su hamaca para un descanso, reiteró que es dentro del núcleo familiar donde aprendemos a amar y a recibir amor de una manera incondicional, valorando a cada persona como un ser sublime e irrepetible, que merece todo nuestro respeto por el simple hecho de compartir y convivir en nuestro entorno.  

“La familia es como la música de nuestra tierra andina, algunas notas altas, otras bajas, pero siempre es una linda y agradable canción”, asentó.

Doña "Tere" concluye instando a la población a cumplir la cuarentena con mucha consciencia, disciplina y responsabilidad, sobre todo en estos momentos tan difíciles, donde el llamado es a quedarse en casa, la vida es lo más importante y debemos cuidarla.

Fuente: Glevys Rafael Suescun / CNP: 18.726
Fotos: Cortesía Wikipedia (Pueblo de Santa Cruz de Mora) 
Rostro de Doña Teresa / GRS / Notiandes24
Fecha de Publicación: 09/06/2020 - Hora: 08:39 am