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La ULA proyectó “Plan de Vida” de comunidades indígenas de Lagunillas


***El trabajo de investigación se desarrolló en cinco meses y su título es “Bases conceptuales para levantar un Plan de Ordenamiento en comunidades indígenas de Lagunillas.
 
Tras cumplir el servicio comunitario que exige la ley para obtener el título de pregrado de la Universidad de Los Andes;  9 estudiantes de la Escuela de Ciencias Políticas, 1 estudiante de Derecho y 2 estudiantes de Diseño Gráfico, tutoriados por la profesora Linda Bustos y el profesor Vladimir Aguilar, realizaron el “Plan de Vida” de las cinco comunidades indígenas que habitan en la población de Lagunillas.
 
La profesora Linda Bustillos, del Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas, manifestó que este trabajo fue enmarcado en el Plan de Ordenamiento del Territorio que, para los indígenas, significa su Plan de Vida.  Consiste realmente en el uso y manejo del territorio donde habitan y han habitado sus generaciones.
 
En tal sentido, vale destacar que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999, establece, en su artículo 119, los derechos territoriales de las comunidades indígenas y reconoce la demarcación del territorio, aunque, después de 14 años, solo se han demarcado y titulado 73 comunidades indígenas en el ámbito nacional, además con defectos en esa titulación y en esa demarcación.  El Plan de Vida es una herramienta que servirá para  hacer marchar este derecho en el territorio.
 
 Pueblo Jamuen (Lagunillas)
 
La gran familia del pueblo Jamuen, conocido en Mérida como Lagunillas, está compuesta por cinco comunidades indígenas como lo son la Guazabara, la Quinanoque, los Quinaroes, los Mucumbu y los Horkaz.  Estos grupos constituyen un caso muy  particular porque están ubicadas en una zona urbana, y fue a partir de 1999 cuando comienzan a restablecer una identidad indígena, una identidad cultural por lo que comienzan a recuperar su cultura.  En Venezuela existen 44 pueblos indígenas que están  integrados por 2 mil 288 comunidades y todas tienen características y condiciones  diferentes.
 
Dijo la profesora Bustillos que el Plan de Vida del pueblo Jamuen es interesante desde esta perspectiva porque permite gestionar el territorio y es el punto de partida para revitalizar la cultura de esas comunidades indígenas, en aspectos como la medicina tradicional, la educación intercultural, los proyectos económicos colectivos, de carácter cultural.
 
Además, se logró sistematizar cuestiones de costumbres para la conservación ambiental, como por ejemplo lo que significa para estas comunidades indígenas de Lagunillas la Laguna de Urao (a la que ellos llaman la Diosa Jama) y las piedras, que para ellos son monumentos  sagrados.
 
Fue un trabajo de una etnocartografía muy particular porque no responde a conceptos naturales, como la mayoría de las demás comunidades indígenas de Venezuela, mas sin embargo sí tiene vestigios culturales que los logra unificar. Así se desarrolló el Plan de Vida para el pueblo Jamuen.
 
 Los estudiantes
 
Por su parte Carlos Eduardo Quintero Peña, quien  es estudiante de la carrera de Ciencias Políticas, señaló que el servicio comunitario en Lagunillas fue un trabajo muy particular, debido al proceso de transculturización de la que han sido objeto con el devenir de los años estas comunidades indígenas y, aunque mantienen algunas tradiciones y costumbres, otras se han ido perdiendo como por ejemplo el dialecto que desapareció con el proceso de mestizaje. 

Agregó que no hubo limitaciones en el trabajo comunitario pues las cincos comunidades colaboraron abiertamente para terminar con el Plan de Vida. Para empezar, cada comunidad presentó un mapa mental, en el que sectorizaban cada elemento relevante de su cultura así como aquellos relacionados con el quehacer diario en el aspecto económico productivo.
 
Solicitan a la ULA más cupos
 
Octavio Rangel, estudiante de Ciencias Políticas de la ULA y miembro de la comunidad indígena guazabara del pueblo Jamuen, destacó la importancia del servicio comunitario realizado porque les abre las puertas para el proceso de autodemarcación.
 
Rangel solicitó a la Universidad de Los Andes lleve ese trato especial mucho más allá, es decir, que no sean solamente dos cupos por carrera sino que se convierta en una modalidad o un programa donde haya mayor posibilidad para que los estudiantes indígenas ingresen a la universidad.
 
Además que se estudie la forma de ayudar a todos esos estudiantes indígenas que vienen de territorios se les hace difícil culminar una carrera por lo difícil que es mantenerse económicamente aquí, pagando residencia y cubriendo los demás gastos.
 
Prensa ULA / María de los Ángeles Pérez