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Luchamos contra el centralismo y eso está matando a la revolución


*** “Me siento muy feliz que el miedo a mi candidatura haya movido a tantos ministros pero la enfermedad es la misma, deciden desde arriba, desde Caracas, desde el poder central lo que van a desarrollar pero no se consulta a las comunidades, al pueblo de cada municipio o parroquia sobre sus propias realidades y necesidades locales, así retrocedemos hacia el pasado, para eso no fue que luchamos tanto, y eso es traicionar los sueños de un pueblo, perder la esperanza en sus poderes creadores y su capacidad de organización”, dijo Florencio Porras, candidato de la revolución a la Gobernación del Estado Mérida.

Texto: Quin-Mar Manrique
Fotos: José Angulo

Durante la visita casa por casa realizada por Florencio Porras, candidato de las fuerzas socialistas y revolucionarias a la Gobernación del Estado Mérida, en la parroquia Spinetti Dini del municipio libertador, los habitantes de los Barrios Pueblo Nuevo y Simón Bolívar manifestaron sus inquietudes sobre el rumbo del proyecto socialista en Venezuela, “en estos últimos días han desfilado ministros, presidentes de institutos nacionales y un montón de directores de organismos públicos para dar ruedas de prensa, hacer donativos y prometer muchas maravillas pero ninguno ha venido a llenarse los zapatos de barro, nadie ha venido a pedirnos opinión, mejor dicho hasta adivinos resultaron porque ellos decidieron qué, cómo, cuándo y cuánto se invertirá en el estado, y el poder popular, bien gracias”, manifestó María Ramírez bien molesta también por “el abuso con la propaganda, más basura y más despilfarro de dinero”.


Estoy integrando a la militancia descontenta

Florencio Porras, quien volvió con su “trabajo de hormiguita, llegando hasta el más humilde de los habitantes” dijo que una “campaña política debe salir de las cuatro paredes de una oficina donde los aduladores de oficios cantan victorias irreales, aquí hay que sudar con el pueblo, oír sus problemas, vivir sus necesidades no para repartir cheques ni neveras sino para enseñarlos a pescar los peces, para planificar junto a ellos el destino que pretenden edificarse, trabajar en sus capacidades y creer en sus proyectos”.

A pesar de encontrar optimismo en la población sobre la victoria electoral de este próximo 16 de diciembre, Porras conversó con militantes que antes estaban activos en algunos partidos políticos de la revolución, quienes mostraron su descontento sobre el rumbo del proyecto socialista. 


Esto se están “adequizando” señaló José Martin Echeverría “un partido presumiendo de una gran militancia pero mandan son las roscas, ¿qué creen? que todos somos borregos y bobos, en qué están pensando si nosotros nos alzamos contra ellos y apoyamos al centauro es porque una revolución se hace con rebeldes y Chávez no necesita más traidores que lo engañen y le diga que en el país todo está muy bonito. Ese cuento del rayo que le cayó al tanque de PDVSA está igualito al de la iguana que tumbó el tendido eléctrico de una parte del país, bueno no hay peor ciego que el que no quiere ver, a mí por lo menos no me engañan”.


Sobre el descontentos de algunos cuadros de la revolución, Florencio Porras fue enfático al manifestar que “aquí no sobre nadie, todos hacemos mucha falta, vamos a integrarnos en un solo equipo de trabajo y vamos a demostrarle al presidente que Mérida es de la revolución”.

Doble discurso de algunos líderes, el pueblo manda pero decide Caracas

La reflexión sobre el contenido político del discurso revolucionario en años recientes, obliga a replantear el rumbo o a volver a las raíces de lo que inicialmente se estructuró como una propuesta de país, rescatando el bolivarianismo y refundando unas estructuras de gobierno caducas, inoperativas y desfasadas de la realidad, porque “el pueblo organizado va a una velocidad y el aparato de gobierno muchas veces va más lento o ni siquiera va a ningún lado”.      


Le decimos al pueblo que puede construir su propio destino, que el pueblo manda pero todos vemos “no con sorpresa que manda sólo Caracas y no me refiero a nuestro líder, mi amigo Hugo Chávez, sino a algunos ministros que les cuesta trabajo desprenderse del poder para compartirlo realmente con el pueblo organizado”, incluso le temen al estado comunal porque el control de la gestión pública, debe estar en ese pueblo, que por fortuna todavía cree en el sueño bolivariano y revolucionario, sin olvidar que más de 6 millones de venezolanos dejaron de creer en la tesis socialista, que el rechazo que existe no es ficticio sino real y que por esa razón estamos obligados a integrar las fuerzas y multiplicar el trabajo, no hay otra alternativa que discutir ahora el proyecto, revisarlo, la peor derrota que puede sufrir Mérida no es precisamente la electoral sino la política, donde la confrontación de las ideas debe ser lo cotidiano y no lo extraordinario, donde no exista un pensamiento único sino muchos pensamientos que apoyen a un único proyecto, el proyecto bolivariano”.