En un acto de fe y solidaridad, la presidenta del Consejo Legislativo del Estado Bolivariano de Mérida (CLEBM), Delia Vera, asistió a la "Misa de Gratitud y Esperanza" celebrada en Apartaderos, municipio Rangel, una de las comunidades más golpeadas por las devastadoras lluvias del pasado 24 de junio.
La presencia de la presidenta Vera, quien también funge como vicepresidenta de asuntos religiosos del PSUV, en un paisaje aún marcado por escombros y dolor, reafirmó el compromiso institucional con los afectados. Vera destacó el rol fundamental de la Iglesia al elevar plegarias de esperanza y fortaleza en estos momentos críticos.
La eucaristía fue presidida por Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo de Mérida, y contó con la compañía del presbítero Guzmán Contreras, sacerdote de Apartaderos, zona severamente afectada por el río Chama. También estuvieron presentes varios miembros del clero.
Desde el altar, ubicado frente a la escuela Gilberto Benítez, el mensaje central de la homilía resonó con fuerza: “Dios no abandona a su pueblo, y la Iglesia tampoco”, manifestó monseñor Helizandro Terán. Él enfatizó que la fe es una fuente de fortaleza que permite superar adversidades, recordando que "aunque el agua haya arrasado con lo material, no podrá arrasar con el amor que nos une como comunidad”.
La misa, acompañada de cantos y oraciones, conmovió a los presentes y sirvió como un recordatorio de la permanencia del amor divino en medio de las leyes de la naturaleza, ofreciendo esperanza y consuelo. /Prensa CLEBM HGMR/16161.


