Primero, apelaron al estrangulamiento económico
del Pueblo, con desabastecimiento programado, sobreprecio y especulación, ralentización
y acaparamiento, bachaqueo y contrabando, hechos miserables, que no sólo sirvieron
como arma polÃtica de los oposicionismos para erosionar la base social del
gobierno revolucionario que preside Nicolás Maduro, es decir, para que los
pobres se arrechen, no contra los causantes del boicot económico, pero además,
esto ha generado escandalosas ganancias económicas que han convertido en hÃperpluscuammillonarios
a los ladrones causantes de esta esta hiperinflación desatada, que además, les
permite financiar el golpe de Estado y todos los actos terroristas, tal y como
vienen haciendo dueños de hoteles, restaurantes, cadenas de supermercados y
grandes panaderÃas en la ciudad de Mérida, con los servicios adicionales de la Cámara de Turismo de dicha entidad
andina.
Mientras tanto, es de perogrullo afirmar que jamás habrá aumento de
sueldos y salarios justos que superen esta voracidad de ladrones, cuyo golpismo
es, también, un negocio rentable, que goza de total impunidad.
Con este éxito del boicot económico por parte
de la golpista y parasitaria derecha, seguros de que la mayorÃa de la población “arrecha” (no molesta,
ni irritada) por la crisis económica, se aventure a seguirlos en sus acciones
terroristas para derrocar a Nicolás Maduro y liquidar de tajo al chavismo del
espectro nacional, pasaron, entonces, a una “ofensiva terrorista”, en la que desde organismos internacionales
controlados por el gobierno estadounidense y sus colonias, más la jerarquÃa
católica venezolana, autoridades universitarias y estos delincuentes nucleados
en Fedecámaras-Venamcham, agudizaron
la campaña de odio y llamados a la violencia y muerte de chavistas, que se está
materializando en todos los asesinatos de ciudadanas y ciudadanos, además de
destrozos y daños materiales, en nombre de dios, con la responsabilidad
criminal e impune de los cardenales Baltazar
Porras y Jorge Urosa, quienes escondidos cobardemente en una sotana, incitan a
la muerte y el delito, porque además cuentan con el celestinaje de la Fiscal General de la
República y el culillo religioso de muchos
tantos.
El problema está, ahora, en que los
terroristas no han podido lograr el caos esperado, ni la crisis de
gobernabilidad calculada, porque han subestimado a un Pueblo, el bolivariano,
socialista y chavista, leal a la revolución y al obrero presidente Nicolás Maduro.
Estando en estas circunstancias y escenarios
marcados desde los oposicionismos extranjeros y criollos, el gobierno está
obligado como una exigencia a gritos del Pueblo, a enfrentar a los terroristas causantes
de la guerra económica, sin piedad, ni contemplaciones con sus causantes y combatiendo
la impunidad de la derecha opositora. Pueblo-Gobierno-FANB estamos obligados
a actuar más allá del discurso emotivo e incendiario. De lo contrario, tanto
insistirán los terroristas, con nosotros contando y enterrando a nuestros
muertos, que terminarán derrocando la revolución para ellos restaurar l
República s servicio imperial y no al servicio de Pueblo. Vamos a jugarnos la
vida, con Maduro y por la revolución chavista, sin abulia y sin desespero.
Prof. Luis Pino
@l2pino2