Una tarde de tensa calma llega a su ocaso en Mérida, mientras
jóvenes artistas y activistas por la paz toman los espacios de la céntrica
plaza Bolívar, para la defensa cultural y pacífica de la institucionalidad y la
paz venezolana.
Más de quince días de asedio y hostilidades por parte de grupos
radicales de ultraderecha han marcado las calles y el psiquismo de los
merideños con destrozos, heridos e incluso muerte, saldo ominoso ante el cual
se levanta la resistencia impávida de los jóvenes artistas revolucionarios.
En este contexto se levanta el telón para la agrupación teatral
Tramoya, cuyos actores ponen alma y verbo a personajes de la mitología andina,
que en las voces de Chía (la luna) y Zuhé (el sol) hablan de ancestros abatidos
mientras defendían sus tierras tomadas por el imperio español.
Winston Rosales, actor y estudiante de Idiomas modernos en la ULA,
indicó que la toma cultural de espacios merideños para la defensa de la
revolución por parte de estudiantes, cultores y pueblo obedece a la
identificación de la sociedad con la propuesta de paz hecha por el presidente
Nicolás Maduro.
“Nosotros creemos en la paz como consigna que acaba de dar nuestro
presidente, creemos que es la única vía para nosotros solucionar nuestros
problemas, no queremos destruir, queremos construir con la cultura, con el
rescate de nuestras raíces, con el orgullo por lo nuestro”, resaltó.
Indicó que mientras una minoría juvenil hace guarimbas, desordena
la ciudad, propicia el hambre y los asesinatos, otro sector mayoritario ha
decidido hacer lo contrario saliendo a la calle en apoyo a la revolución,
haciendo cultura, teatro y mostrando a la gente que la prioridad es elevar la
consciencia.
“Yo llamo a la reflexión a esos sectores que están haciendo
desastres en las calles, los invito a deponer las armas y la violencia, que se
unan a nosotros en la construcción de la patria, nosotros los recibimos, los
queremos y creemos en una Venezuela unida”, expresó.
Destacó que la defensa a la revolución es la defensa de la
igualdad, entendida como la solidaridad, como inclusión y como la ausencia de
racismo y clasismo.
Destacó que no se puede luchar contra la escasez de insumos y
alimentos generada por sectores comerciales y empresariales pervertidos, sin
tener una clara conciencia de producción y de la necesidad de abandonar el
consumismo en procura de la productividad.
“Las soluciones las tenemos nosotros mismos, sólo el pueblo salva
al pueblo y para ello hace falta conciencia y ese es el verdadero trabajo
revolucionario”, subrayó.
Deisy Sepulveda, actriz de la agrupación Tramoya, destacó que la
mujer es dadora de vida y de ejemplo, razón por la que insta a las madres a
mediar y tomar responsabilidad en la orientación de jóvenes merideños que han
volcado una irascible violencia en las calles merideñas.
“Acá estamos defendiendo la vida con instrumentos de paz, las
madres debemos fomentar eso en los hijos; que la violencia no es recurso para
la defensa de ninguna causa”, aseveró.
AVN
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