Al celebrar la solemnidad del miércoles de Ceniza, el Arzobispo de Mérida recordó que al imponerse de este símbolo, cada cristiano debe asumir con responsabilidad su intención de revisar su vida y ponerla en sintonía con lo que dice el Evangelio de Jesús
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Mérida / Especial.- “La Cuaresma es un tiempo privilegiado para contrastar nuestra vida con el evangelio de Jesús”, afirmó el Arzobispo metropolitano de Mérida, Monseñor Helizandro Terán, en la celebración de la Solemnidad del Miércoles de Ceniza, la cual se realizó en la Catedral emeritense.
Puntualizó que más allá de tradiciones religiosas, la cuaresma “debe ser un tiempo para establecer una comunión de vida con nosotros mismos y ver si nos estamos convirtiendo de verdad al camino que Jesús nos muestra en el evangelio”.
Aseguró que “la oración, el ayuno, la penitencia, son canales para lograr esta conversión”, y reflexionó sobre la importancia de practicar la caridad “sobre todo en los tiempos actuales de nuestra patria, a la cual se le debe sumar a la solidaridad con el que nada tiene”.
Recordó que la imposición de la ceniza, con la que se da inicio a la cuaresma, “va más allá de una simple tradición”, e invitó a que personalmente cada uno se cuestione, “¿para qué te vas a poner la ceniza?”.
Catequizó sobre el significado de este símbolo, y dijo que “la ceniza es un símbolo que indica que yo asumo un cambio de vida, que estoy dispuesto a examinar cómo va mi vida y acomodarla al Evangelio de Jesús”.
Finalizó enseñando que la ceniza “no hace milagros, no salva, no justifica, es solo un sacramental, un signo exterior de un compromiso interior que cada uno asume ante Dios de querer cambiar de vida.