Por:
Eduardo Pérez Viloria
Son claras en estos
últimos años, las acciones nacionales e internacionales realizadas por la
oposición venezolana para crear inestabilidad política y social en nuestro país;
para así derrocar a la Revolución Bolivariana de una vez por todas.
Incautos todos aquellos
que están esperando que los marines gringos nos invadan para hacer suya
Venezuela. ¡La guerra hace tiempo que inició! Las tácticas aplicadas pueden ser
definidas como “Métodos Criminales de Control”; es decir, a través de la delincuencia
organizada, asesinatos atroces y crímenes comunes, han logrado controlar
grandes territorios, donde ni las fuerzas militares del Estado pueden ingresar.
El paramilitarismo se
ha instalado en diferentes zonas de nuestras fronteras, ellos tienen el control
pleno de cientos de kilómetros. Y todavía algunos siguen esperando la invasión
directa de los gringos ¡La guerra está en pleno apogeo!
La Operación de Liberación
del Pueblo - OLP-, plan bien diseñado por los conductores de este proceso
revolucionario, nació con el fin oculto de disminuir esas bandas criminales
extranjeras –paracos- lideradas personalmente por Tamir Pardo, director del
MOSAD, junto agentes de la CIA. La OLP, entre otras acciones de envergadura,
son la única pared que nos separa del holocausto total.
La guerra económica
y psicológica, el colapso de los
principales servicios públicos, la terrible delincuencia, el guabineo de muchos
políticos, es parte de la planificación elaborada por los servicios de
inteligencia sionistas y norteamericanos para vencernos. Pero algunos maricones
de “nuestras filas” siguen pendiente de criticar al tipo Maduro, sin observar
claramente lo que está ocurriendo.
Hemos pasado todos los
obstáculos puestos en el camino, aunque en estos días venideros podrían
agudizarse los ataques del enemigo: están desesperados, tenemos años
venciéndoles, sumado a esto la derrota que les propició en pueblo Sirio, los
dueños del mundo, quieren suprimirnos de inmediato.
No perdamos tiempo con
Almagro. Él es un caballo de Troya, quieren desviar nuestra atención, mientras
el paramilitarismo sigue inoculando todo su veneno en el seno de la Revolución.
¡Alerta!
Es hora de
arrodillarnos frente al Imperio, sí arrodillarnos, pero con el único objetivo
de afinar la puntería.
Tal como dice la vieja
consigna guerrillera: “La línea justa es… luchar hasta vencer”. La batalla final es ahora, la mejor defensa
es el ataque.


