Quizá no los veas por
lo pequeños pero seguro escuchas su canto en las tardes y noches, nos referimos
al Sapito silbador y la Ranita acollarada, dos especies nativas de Mérida que
se encuentran en peligro de extinción debido a
los efectos negativos del desarrollo urbano y del cambio climático.
Precisamente para
abordar esta problemática de la reducción de estas especies, la Fundación
Bioconta a través de su Centro de Conservación de Reptiles y Anfibios Andinos y
con el apoyo del Ministerio del Poder
Popular para Ecosocialismo y Agua, realizó la liberación, en los predios del
JardÃn Botánico de Mérida, de 30 ejemplares de estas dos especies originales de
la terraza de Mérida, las cuales fueron criadas en cautiverio con el objeto de
repercutir en el incremento de las poblaciones.
El profesor Enrique La
Marca, herpetólogo y Director del Centro de Conservación de Reptiles y Anfibios
Andinos nos explica “Este es un proyecto piloto completamente novedoso en el
paÃs, es la primera vez que se hace en Venezuela la reintroducción de especies
de anfibios que han nacido y han sido criados en cautiverio a partir de parejas
reproductoras provenientes de
poblaciones remanentes rescatada de terrenos afectados”.
Es necesario destacar
que el Sapito Silbador de Mérida todavÃa no ha sido descrito formalmente para
la ciencia, es una especie nueva. La Marca nos alerta “una especie que no se
conoce para la ciencia y está a punto de desaparecer. Si nosotros no nos damos
cuenta y actuamos ahora, la especie desaparece y nadie se entera”.
La Ranita acollarada de
Mérida (Mannophryne collaris) y el Sapito silbador de Mérida (Leptodactylus
meridensis) son unos animalitos que para el común de la gente son
insignificantes, tienen una coloración que no es vistosa, no te hacen daño,
pasan desapercibidas y lamentablemente son ignorados. Pero es importante
entender que todo en la naturaleza forma parte de una red delicadÃsima e importantÃsima
que es la Diversidad Biológica, en ella estamos todos inmersos nos guste o no y
por ello debemos conocerla, conservarla y defenderla.
El estado Mérida no
escapa de los efectos negativos del desarrollo urbano y del cambio climático y
en el caso de la diversidad biológica el impacto se refleja también en la
reducción de las especies animales que cohabitan con nosotros y tratan de
sobrevivir a la intervención de su hábitat y en el caso de los anfibios ellos
son los primeros indicadores de impacto ambiental.
(Prensa
Minehv-Manuela Solé)



