Más de 4000 personas
asistieron
*** Los asistentes
disfrutaron el recorrido llenos de fe, tradición, alegría y hermandad.
Siguiendo la tradición y
enmarcado en la celebración de del aniversario de la visita de Juan Pablo II,
este Lunes Santo se realizó con éxito en Mérida el XXX Viacrucis de la Montaña,
que busca dentro de la Semana Mayor, llenar el espíritu de todo lo bueno y
recibir el don de la felicidad, para que
no suceda lo que dice el Papa Francisco "A veces los cristianos
melancólicos tienen más cara de pepinillos en vinagre que de personas alegres
que tienen una vida bella".
El padre Jesús Montilva y
Luis Celaya, representantes de la Pastoral Juvenil encargada de la organización
del evento informó, que se realizaron 14 estaciones del Viacrucis en el casco
de la ciudad con el apoyo de 7 grupos de Pasión Viviente provenientes de
diferentes parroquias, que dramatizaron la pasión y muerte de Jesús y luego se
realizó el recorrido hasta la Posada Doña Rosa, para celebrar su resurrección
con el Pan como alimento de Vida Eterna, durante la eucaristía presidida por Monseñor
Baltazar Porras, Arzobispo Metropolitano de Mérida.
“Estamos muy contentos, se
contabilizaron más de 4000 personas que asistieron como expresión de oración,
fraternidad y encuentro para ayudarnos entre todos y sentir que somos de verdad
hermanos más allá de cualquier diferencia y también para realizar un encuentro
fraterno con esta hermosa naturaleza de nuestra tierra” expresó Monseñor
Porras.
VIVIERON CON FE Y AMOR EL VIACRUCIS DE LA MONTAÑA
Jesús Molina de la Pastoral
Jerusalén parroquia Espíritu Santo dijo “somos jóvenes que no estábamos en la
iglesia, el viacrucis de la montaña es un evento que cambio la vida de muchos
de nosotros, distintos integrantes del grupo estaban perdidos en el alcohol y
otros vicios, el Viacrucis nos llena de vida, nos llena de fe y sobre todo nos
motiva a ir por el camino de bien, ese camino que no conocíamos y que el Señor
nos iluminó.
“El Viacrucis nos acerca al
Señor, es un momento de entrega a Él, es un momento de conversión por la paz,
es una tradición que no se debe olvidar”, aseguró la señora Ana Sosa.
Adianett, hermana de la
congregación de la Inmaculada afirmó “este año superamos las expectativas, la
celebración de los 30 años de la venida de Juan Pablo II al Estado, desbordo la
emoción e integración de muchas pastorales emeritenses, Dios está aquí”.
“El Viacrucis de la Montaña
significa mucha alegría, nos encontramos en Semana Santa buscando el verdadero
camino con Jesucristo y con el prójimo, afirmó el joven Gregory Castillo.
Thairy Moreno/Prensa Arquidiócesis





