CARTA AL PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS:
Somos el pueblo de Simón BolÃvar, creyente en
la paz y en el respeto a todas las naciones del mundo.
Libertad e
Independencia
Hace más de dos siglos, nuestros padres
fundaron una República sobre la base de que todas las personas son libres e
iguales bajo la ley.
Nuestra nación sufrió los mayores sacrificios
para garantizar a los americanos del sur su derecho a elegir sus gobernantes y
aplicar sus propias leyes hoy.
Por eso siempre recordamos el legado
histórico de nuestro padre: Simón BolÃvar; hombre que dedicó su vida para que
nosotros heredásemos una Patria de justicia e igualdad.
Creemos en
la Paz, la SoberanÃa Nacional y la Ley Internacional
Somos un pueblo pacÃfico. En dos siglos de
independencia nunca hemos atacado a otra nación. Somos un pueblo que vive en
una región de paz, libre de armas de destrucción masiva y con libertad para
practicar todas las religiones. Defendemos el respeto a la ley internacional y
a la soberanÃa de todos los pueblos del mundo.
Somos una
Sociedad Abierta
Somos un pueblo trabajador, que cuida a su
familia, y profesa la libertad de culto. Entre nosotros viven inmigrantes de
todo el mundo quienes son respetados en su diversidad. Nuestra prensa es libre
y somos entusiastas usuarios de las redes sociales en internet.
Somos Amigos
del Pueblo de los Estados Unidos de América:
La historia de nuestros pueblos ha estado
conectada desde el inicio de nuestras luchas por conquistar la libertad.
Francisco de Miranda, héroe venezolano, compartió con George Washington y
Thomas Jefferson durante los primeros años de la naciente nación estadounidense
los ideales de justicia y libertad, que fueron conceptos fundamentales en
nuestras luchas independentistas. Nosotros compartimos la idea de que la
libertad y la independencia son elementos fundamentales para el desarrollo de
nuestras naciones.
Las relaciones entre nuestros pueblos siempre
han sido de paz y respeto. Históricamente hemos compartido relaciones
comerciales en áreas estratégicas. Venezuela ha sido un proveedor responsable y
confiable de energÃa para el pueblo norteamericano. Desde 2005, Venezuela ha
proporcionado “heating oil” subsidiado a comunidades de bajos ingresos en los
Estados Unidos a través de nuestra empresa CITGO. Este aporte ha ayudado a
decenas de miles de ciudadanos estadounidenses a sobrevivir en condiciones
difÃciles, dándoles un alivio muy necesario y el apoyo en tiempos de necesidad,
y ha mostrado cómo la solidaridad puede construir alianzas poderosas tras
fronteras.
Sin embargo, increÃblemente, el gobierno de
los EUA nos declara como una amenaza para la seguridad nacional y la polÃtica
exterior de los EEUU.
En un acto desproporcionado, el gobierno de
Obama se ha declarado en emergencia porque considera a Venezuela una amenaza
para su seguridad nacional. (Executive Order, 09-15-2015). Estas acciones
unilaterales y agresivas realizadas por el Gobierno de los Estados Unidos
contra nuestro paÃs no sólo son infundadas y en violación de los principios
básicos de la soberanÃa y la libre determinación de los pueblos bajo el derecho
internacional, sino que también han sido rechazadas por unanimidad por los 33
paÃses de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y los
doce Estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). En una
declaración hecha el 14 de marzo de 2015, UNASUR reiteró su firme rechazo a
estas medidas coercitivas que no contribuyen a la paz, la estabilidad y la
democracia en nuestra región y exigieron al presidente Obama derogar su orden
ejecutiva contra Venezuela.
Rechazamos
el unilateralismo y la extraterritorialidad
El Presidente de los EEUU, sin autoridad para
intervenir en nuestros asuntos internos, de forma unilateral inició una serie
de sanciones contra funcionarios venezolanos y ha abierto la compuerta para
continuar con este tipo de sanciones, interfiriendo en nuestro orden
constitucional y nuestro sistema de justicia.
Abogamos por
un mundo pluripolar
Creemos que el mundo debe regirse por las
normas del Derecho Internacional. Sin intervenciones de otros paÃses en los
asuntos internos de los demás. Con la convicción de que relaciones de respeto
entre las naciones son el único camino para consolidar la paz y la convivencia,
asà como la consolidación de un mundo más justo.
Nosotros
honramos nuestras libertades y mantendremos nuestros derechos
Nunca antes en la historia de nuestras
naciones un presidente estadounidense intentó gobernar por decreto a los
venezolanos. Es una orden tiránica e imperial que nos empuja a los dÃas más
oscuros de las relaciones de los Estados Unidos con América Latina y el Caribe.
Por nuestra larga amistad, alertamos a
nuestros hermanos estadounidenses, amantes de la justicia y la libertad, por la
ilegal agresión que está cometiendo el gobierno en su nombre. No permitiremos
que nuestra amistad con el pueblo de los Estados Unidos sea afectada por esta
decisión absurda y sin fundamento del presidente Obama
Nosotros
demandamos:
1- Que cesen las acciones hostiles del
gobierno de los EEUU contra el pueblo y la democracia en Venezuela.
2- Que se derogue la orden ejecutiva que
declara a Venezuela como una amenaza, tal como lo ha solicitado la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR).
3- Que se suspendan las injuriantes y
pretendidas sanciones contra honorables funcionarios venezolanos quienes sólo
obedecieron nuestra constitución y nuestras leyes.
Nuestra
soberanÃa es sagrada
El lema de los padres fundadores de los EEUU
es repetido hoy con la misma dignidad por el pueblo de Simón BolÃvar. En nombre
de nuestro común amor por la independencia nacional esperamos que el gobierno
del presidente Obama reflexione y rectifique este paso en falso.
Estamos convencidos que la defensa de nuestra
libertad es un derecho al que no renunciaremos jamás, porque allà también reposa
el futuro de la humanidad. Como bien los decÃa Simón BolÃvar: “La libertad del
Nuevo Mundo es la esperanza del universo”.
“Venezuela no es una amenaza, es una esperanza”.
“Independencia o nada¨.
Simón BolÃvar
Nicolás Maduro Moros
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela

