La Paradura del Niño Jesús es una devoción
tradicional de los Andes venezolanos, realizándose en los hogares y los últimos años las instituciones
públicas y privadas, se ha convertido en una verdadera celebración espiritual que
consiste en pasear al Niño Jesús en un pañuelo de seda o una cesta de mimbre
con cantos y procesiones. En la Corporación de los Andes casi un centenar de
almas interpretaron las coplas al Santo Niño para agradecerles un nuevo año de
prosperidad laboral.
En esta celebración músicos, cantantes,
rezanderos, padrinos y asistentes entonaron coplas y canciones alusivas a la
adoración al Niño Jesús, para recordar que Dios vivo también ha sido un niño al
que hay que proteger y cuidar, en esta ocasión el Niño Jesús estuvo protegido
por los esposos trabajadores de la Gerencia de Planificación; Laisset RamÃrez y
Jorge DÃaz, y los compañeros de la Oficina de Servicios Generales; MarÃa
Auxiliadora Guerrero y Jesús “Chuy” Guerrero, quienes dirigieron el paseo por
todas las oficinas de la Institución, para luego hincarse ante el Pesebre y
hacer en silencio sus peticiones
personales y por la familia Corpoandina.
Seguidamente se rezó el Rosario ante el Pesebre que fue
confeccionado por la trabajadora Lisbeth Puentes, para que los protectores del
Niño Jesús lo besaran y las madrinas se dispusieran a presentarle a todos los
presentes ya al Niño Sacramentado y lo besaran solicitándole su protección.
Al terminar la ceremonia los
servidores de la Oficina de Relaciones Institucionales, ofrecieron los
tradicionales postres para celebrar que ya el Niño Jesús está parado o camina
para darnos sus bendiciones y protección espiritual.
Prensa Corpoandes/ Marcela González/ Fotos: Marcos
Sulbarán



