Él vive en el sureste de la ciudad, en una
zona de clase media alta. Hace años se mudó del centro de Caracas porque le
aseguraron que estaría en un lugar tranquilo y organizado. Un día, después del
12 de febrero de este año, sintió que se había despertado entre gente
trastornada y llena de odio. No comprendía por qué tenía que quedarse encerrado
en su casa porque sus vecinos le impedían ir a su trabajo. En su calle
persisten los restos de una guerra interna que comenzó para defenderse de unos
atacantes inexistentes, que venían del barrio y que nunca llegaron, y que
terminó siendo en contra de los propios vecinos, con la complicidad de las
autoridades locales.
Insiste en que en esta entrevista se diga
cómo se llama. Si su nombre fuera Carlos o Jesús sería más fácil, pero podrían
identificarlo porque no es común, así como la violencia fascista de algunos
que, hasta hace muy poco, le decían, con una voz cortés, cada mañana: “Buenos
días”.
¿Cómo son
los días en una urbanización del Este de Caracas donde hay guarimbas?
Uno vive permanentemente acorralado,
secuestrado en su propia casa, sin poder salir ni entrar, no sabes qué hacer
durante el día. Como no voy a sus reuniones, no sé lo que van a hacer al día
siguiente. Eso te crea fatiga, inquietud, porque no sabes cuándo terminarán, no
sabes en realidad qué es lo que piden. Si vas a comprar pan, sales con esa
incertidumbre porque no quieres estar tanto tiempo fuera de tu casa, así estés
a pocos metros de tu edificio, quieres volver porque tienes la sensación de
inquietud. No es fácil vivir entre esta locura.
¿Cómo las
levantan?
En minutos. En los sitios donde no hay
guarimberos, sólo hay obstáculos. Todo comienza cuando una pick up descarga
escombros y basura, y se va. Cuando la gente va a pasar, y ve que no hay nadie,
las aparta y sigue. Quienes las colocan, al ver que las quitaron, las vuelven a
levantar y en eso pueden estar todo el día. Al principio veía a mis vecinos,
pero ahora las hacen desconocidos.
¿Qué ocurre
donde hay personas que obstaculizan el paso?
Donde hay guarimberos, acumulan objetos en la
calle y hacen una especie de muralla. Llevan sillas, toldos, colchones,
escaparates, cauchos, bloques. En el sector hay una construcción que saquearon
para usar los escombros en sus guarimbas y desmantelaron incluso la malla de
ciclón que resguardaba la obra para poner obstáculos. También han empezado a
poner las guayas de púas, desde hace pocos días.
¿Participan
muchos vecinos?
Unas 10 personas, como máximo. La mayoría son
señoras mayores, que cacerolean, y jóvenes que gritan consignas, se toman fotos
y hacen vida social. Quienes pasan en su carro, tocan corneta en señal de
apoyo, pero no se bajan.
¿Hablan
sobre sus razones para protestar?
Escriben “Maduro renuncia ya” y ponen la
bandera al revés. Hicieron muñecos con ropa camuflada, que representan a
miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, a los que golpean frecuentemente.
También hay un muñeco de un hombre vestido de rojo, que tiene bigotes, y que
está ahorcado en un árbol.
Además de los muñecos ¿qué otros símbolos has
visto?
Quieren recrear un cementerio en los espacios
verdes. Ponen cruces negras en la tierra, lápidas de anime, colocan flores,
prenden velas.
¿Qué
escriben en las pancartas que utilizan?
Están llenas de mensajes agresivos hacia el
Presidente, hacia el Gobierno, hacia los vecinos que no se manifiestan. Por
ejemplo, “Si mi guarimba te quita la tranquilidad, a mí me la quitan los
muertos que hay en el país”, “Te cambio 10 vecinos chavistas por un gocho”,
“¡Fuera los Castro!”, “¡Fuera Cuba de las Fuerza Armada!”.
¿Qué sientes
cuando atraviesas una guarimba?
Siento miedo, lástima y asco. Cuando nos
mudamos a una zona como esta era porque pensábamos que era un lugar tranquilo.
Uno pasa y siente que está en una ciudad de la posguerra, todo destruido,
desolado.
¿Qué ocurre
con quienes desean quitar obstáculos?
Eso va a depender de la zona. Hay lugares
donde no hay nadie, sólo está la tranca. La gente pasa, las quita, pero en
cuestión de horas vuelve a aparecer. Pero donde están los guarimberos la gente
sólo logra discutir, porque si te atreves a mover una piedra, un tronco, te
agreden, te gritan, te cacerolean. Es preferible no arriesgarse.
¿Cómo es la
actuación de la policía?
La policía de Baruta ha sido cómplice de toda
esta demencia y lo digo porque he visto a las patrullas atravesadas, con la
excusa de resguardar a los ciudadanos, y han trancado el paso. Hay obstáculos
que la gente ha apartado y que la policía cuando pasa, pudiendo atravesarlos,
retrocede y dice que no hay paso e impiden el libre tránsito.
He visto que las patrullas circulan con las
luces y las sirenas, y detrás hay una caravana de unos veinte vehículos tocando
corneta. Ha pasado muchas veces. El simple hecho de que la policía no mueva los
obstáculos, cuando no hay nadie, para mí es un indicio de que son cómplices, al
igual que el alcalde.
¿Cómo se ha
desarrollado todo esto?
Comenzaron la guarimba una noche, hace tres
semanas. Alguien empezó a llamar con un megáfono a la gente para que bajara,
les decía que había lanzado bombas molotov y que nadie lo había apoyado.
La gente comenzó a bajar y aprovechó para
deshacerse de cosas como sus pinos de Navidad.
Me parece que ha habido una involución en la
cantidad de personas que hacen las trancas, y una evolución en sus tamaños y la
cantidad de objetos que utilizan para cerrar las calles. Además, ya casi nadie
toca cacerolas a las 8:00 de la noche, ya lo que hacen es llegar, tomarse fotos
y retirarse.
¿Cómo se
sienten los niños de la zona?
Los niños siempre están asustados,
confundidos. En Carnaval, mientras jugaban disfrazados en una plaza del sector,
un grupo llegó con cruces negras, pancartas con mensajes violentos como: “¿Qué
pasaría si es a tu hijo a quien matan?”. Los niños salieron corriendo,
lloraron, se metieron bajo las mesas. Había personas vestidas de la muerte, con
máscaras.
¿En tu familia
alguien se ha visto afectado directamente por esta situación?
Hace unos días hubo un cacerolazo a las 3:00
de la madrugada. Aunque fueron pocas las cacerolas, a esa hora el ruido es más
fuerte. Mi sobrinita se despertó llorando y temblando. Pasamos por lo menos dos
horas tratando de tranquilizarla porque entró en una crisis nerviosa. En la
mañana me dijo: “Tenemos que pedirle a Dios para que se les quite el odio que
tienen en su corazón”.
¿Utilizan
árboles para trancar calles?
Tumbaron árboles. Bambués, samanes, han
talado araguaneyes que están floreados en esta época. Han utilizado
herramientas profesionales, los cortes son de sierra, limpios.
¿Qué
hicieron en Carnaval?
Llevaron piscinas, hicieron parrilla,
bebieron, usaban trajes de baño, tomaban sol. Había carteles con: “Bienvenidos
a playa La Trinidad”, “Bievenidos a playa Prados del Este”.
¿Cómo huele
la urbanización donde vives?
Al principio olía a caucho quemado, e incluso
hubo noches donde era imposible dormir. Ahora huele a quemado a ratos, pero el
olor que persiste es el de la basura porque la acumulan. El aseo no ha pasado
en días, y eso ha contribuido a que las bolsas y los desechos estén ahí y sean
parte de los obstáculos. Además lo carros pasan, los desechos se adhieren al
asfalto, y ahí se hacen capas y capas de desperdicios.
Nathali
Gómez AVN


