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Alcaldes opositores de Rivas Dávila y Padre 
Noguera de Mérida repudian hechos violentos


*** Consideran las manifestaciones como una vía positiva para cualquier reivindicación, pero dentro de los límites de la paz y la tolerancia.

Los alcaldes opositores de los municipios merideños Rivas Dávila del valle del Mocotíes, Julio César Rosales, y de Padre Noguera de los pueblos del sur, Alirio Pérez, manifestaron su total rechazo a las acciones violentas que protagonizan sectores de la derecha en el Estado, desde hace más de dos semanas, con mayor énfasis en la ciudad de Mérida.

Ambos burgomaestres respaldaron el llamado de calma y cordura que realizó el gobernador bolivariano de Mérida, Alexis Ramírez, este jueves, apegándose al marco constitucional; así lo señaló Julio César Rosales.

“Llamo a la sensatez, la calma y la paz, dejando a un lado la violencia que crea el pánico en la población”, dijo Rosales, al tiempo que destacó que en el municipio Rivas Dávila no se ha presentado ningún hecho que lamentar, por ser una población que se caracteriza por su tranquilidad y de abnegación al trabajo, donde se repudia todo tipo de provocación, esperando se mantenga la paz en todas las parroquias y sectores de esa localidad.

Por su parte Alirio Pérez manifestó sentirse tranquilo porque en su municipio todo está en orden. “Reina la calma y la tranquilidad y pido a cualquier manifestante que pueda tener alguna diferencia con las políticas del gobierno nacional, las realicen en el marco del respeto y la tolerancia, sin afectar los derechos de los demás ciudadanos”, solicitando a los manifestantes que realicen sus protestas apegados a la ley y el respeto mutuo y que no sea agredida ninguna persona por diferencias partidistas.

Alirio Pérez dijo además, que no se puede caer en provocaciones ante estos hechos que alteran la tranquilidad y la paz de la población. “Debemos sentarnos al dialogo buscando vías pacificas a la hora de manifestar cualquier diferencia”.

Para él, los jóvenes no deben ser utilizados en ese tipo de prácticas mal sanas que van en detrimento de su formación de ciudadanía, y lo ideal es que sirvan al colectivo desde su universidad, con trabajo y evitando las confrontaciones que perjudiquen su integridad física.

(OCI/Martín Lara. Fotos: William Muñoz)