Es importante que los padres jueguen con sus hijos

Si su niño tiene temor a la oscuridad, mediante el juego puede convertirse en un súper héroe que vence a la oscuridad. Es que el juego es un medio para que el chico pueda manejar sus temores. Así lo explicó la psicóloga, Milagros Lari.

“El niño, a través del juego, puede manejar, plasmar, proyectar lo que vive diariamente: sus temores, las cosas positivas, las relaciones con mamá y papá, , los celos con el hermano, etcétera. Cuando ves un niño jugar puedes darte cuenta cómo él percibe el mundo y las relaciones que tiene con las demás personas”, precisó.

Además, explicó que el juego permite vincularlo con su hijo en una relación de dar y recibir “Cuando juegas con él, aprendes más de él, lo conoces, qué miedos tiene, cómo ve las cosas, cuál es la percepción que tiene del mundo y de lo que lo rodea. Es un vínculo que se hace muy fuerte”, señaló Lari.

No obstante, agregó que “hay padres que no les gusta jugar, que no se sienten cómodos, que no se ubican tirados en el piso. Ellos pueden tener una relación distinta y compartir con los chicos otras actividades como ir al cine. En el juego o en otra actividad la idea es compartir, escuchar, esperar, mirar”.

Juego simbólico versus juego estructurado

Lari explicó que “hay niños que tienen un juego muy formal y estructurado. Solo arman rompecabezas, pintan o hacen letras, y el juego más espontáneo no se da”. Esto puede ocurrir –según dijo– cuando los padres dan prioridad a lo cognitivo, hay muchos adultos en casa y el niño no tiene la posibilidad de jugar libremente.

Mientras que el juego simbólico (donde el niño transforma una bola en una bomba, un cuarto en un castillo o uno mismo en una princesa) abre la posibilidad de poder aprender más adelante las matemáticas, pues el chico trae al presente realidades abstractas o números que no están presente.

Pero, ¿cómo desarrollar esa capacidad simbólica en el niño? “Si en la relación con tu hijo muy tempranamente le estás dando de comer, y le dices el avión viene volando, generas en él este juego y el niño lo repetirá en las muñecas, etcétera. Si abres la puerta de la imaginación hay posibilidad que la desarrolle”, acotó Lari.

Decirle a su niño que le va a caer lluvia mientras lo baña es otra forma de tener un juego simbólico, es decir, que no es la realidad. De esta forma, los padres pueden ayudarlo a su hijo a descubrir en el juego soluciones a problemas, alternativas para relacionarse con uno y otro, y así encontrar respuestas”, manifestó la experta.

Por otro lado, la especialista dijo que no es malo que el niño mire televisión, pues también necesita una dosis de realidad que son los dibujos. Sin embargo, su exposición debe ser medida, pues si es en exceso se le hará más difícil crear y jugar en forma espontánea, y puede volverse un niño que se aburra fácilmente.

Yvke Mundial/Agencias